Siempre he tenido la certeza que cuando la gente trabaja desde el corazón, cambia su vida y la de las personas que le rodean… Desde muy joven sentí un claro llamado, y mi espíritu curioso e inquieto me llevó a incursionar en el mundo del holismo y la espiritualidad. Me sentía profundamente atraída por la mente y el psiquismo humano, el aprendizaje, el desarrollo personal… Esto me llevó a recorrer y formarme en distintos ámbitos académicos como Magisterio, Psicología, Psicomotricidad, Yoga, Mindfulness y la Educación, Estimulación y Terapia Acuática, entre otros. Desde entonces, ha sido un continuo, nutritivo y extenso recorrido. Un camino de profundos despertares, de vivencias intensas y aprendizajes que dejaron eco en los registros de mi alma.
Cada experiencia, me permitió recordar y comprender quién era realmente, qué quería en este mundo, y qué anhelaba ofrecer, desde mi milagrosa, aunque impermanente, existencia humana
Todo lo que he experimentado a lo largo de estos 30 años de mi vida profesional, en los hermosos países que viví, y con todas las bellas personas que conocí, me confirmaron que estoy en el camino adecuado, cumpliendo mi misión de vida. Es muy gratificante encontrar y poner en práctica nuestro don, del cual me siento muy agradecida de tenerlo, disfrutarlo y compartirlo con todas las personas que «coinciden» en el mismo camino de la vida.
Me considero una eterna alumna en esta gran Escuela de la Vida, pero sobre todo, una autodidacta intuitiva. Esta mirada me ha permitido siempre reconectar y empoderarme en mi esencia y en mi don, y me ha motivado y fortalecido a inspirar a otras personas a que también lo hagan.
Tarde o temprano el ser humano llega a darse cuenta que no importa lo que posee, ni lo que acumula, ni los títulos que tenga, porque cuando te abres a la verdadera consciencia, a la comprensión de la vida y de lo que somos y significamos realmente en esta dimensión, lo único que verdaderamente importa es cuando elegimos «vivir desde el corazón», ese espacio de autenticidad y humildad, donde podemos sentirnos plenos, felices y realizados, para amar y trascender lo puramente material y racional de esta existencia humana.
Una frase que me acompaña siempre:
«Tu propósito es descubrir tu mundo y después entregarte a él con todo tu corazón».
Gracias por estar aquí, nada es casualidad. Te invito a abrir tu corazón y encontrar tu propia luz.
Un abrazo y mucha paz.
Gabriela Baldini